El presente microrrelato lo presenté a la edición del año 2015 del concurso de microrrelatos sanfermineros de www.blogsanfermin.com
A pesar de que no resultó seleccionado, pues la temática (o el jurado) se decantó más por el lado romántico y sensiblero de la fiesta, a mi me pareció divertido, así que lo comparto para que quien quiera le eche un vistazo. Este año probaré con otro totalmente distinto, nuevamente - tal y como dicta el sacro reglamento - de menos de 204 palabras, pero que tampoco será pastelero. A ver si hay suerte...
Una fiesta universal
Cuando en la central de la NASA
se enteraron de que el primer contacto con un extraterreste se iba a producir
en Pamplona, nadie se lo podía creer, y menos que la razón fuese que venía
expresamente a participar en los encierros de San Fermín.
-¿Pero los encierros se
retransmiten al universo? – preguntó admirado el responsable del SETI.
-Hacemos lo que podemos – le
contestó el alcalde de Pamplona.
Y así fue como Riau, en cuyo
planeta había una gran afición por los encierros, si no con toros, si con otra
serie de extraños animales de largas y temibles cornamentas, corrió varios días
tanto en el tramo de Santo Domingo, en la curva de Mercaderes, como en el final
de la Estafeta. Y no solo eso, como era de esperar por parte del protocolo municipal
ante tan ilustre visita, Riau fue paseado por el apartado, invitado a los actos
solemnes y agasajado con ajoarrieros, chilindrones y vinos de la tierra varios.
Se integró tan bien, que incluso anduvo perdido durante dos días por las calles
de la ciudad.
-Ese es el
origen de que hoy debatamos la conveniencia de que las jovenzuelas del planeta
Gora se tiren de la fuente de Navarrería – concluyó el concejal.