lunes, 19 de diciembre de 2016

El arte de romper cristal


Terminado. Una aventura en la gran manzana repleta de matices psicológicos, aventura, tensión y alguna que otra escena estremecedora. Ha merecido la pena conocer a Matthew Hall. Un individuo especialmente inteligente abandera una lucha social un tanto particular frente a una corporación empresarial que pretende construir una cárcel en un barrio humilde de la ciudad. La escena inicial brillante, así como su argumento, que funciona prácticamente como un reloj de precisión digo prácticamente porque hay un elemento que hace que no sea perfecto, pero que como en otras ocasiones, es posible que pase inadvertido a quien no se dedica a desmenuzar tramas. El lenguaje es sencillo, de esa literatura local que tiene Nueva York..., romance, tensión familiar, y un montón de ingredientes que demuestran que el autor es guionista.  Dicen que el protagonista se parece a Hannibal Lecter - lo menta la propia solapa del libro - pero a mi, y veo que a otros lectores no nos lo parece. De hecho, aunque nos podemos hacer una idea de Bill - el protagonista - resulta difícil proyectar cuál podría ser su siguiente acción. En resumen: muy interesante, un libro que me parece un excelente candidato para hacer una buena película de acción y misterio.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Literatura navarra: El próximo funeral será el tuyo

Hoy arranco una serie de comentarios dedicados a libros de escritores navarros. Por comenzar por alguna parte hablaré del último que acabo de leer: El próximo funeral será el tuyo, de Estela Chocarro.

Cárcar, Navarra. Una especialista en pintura que trabaja en Figueras decide ir a conocer las raíces de su abuelo. Al llegar allí enseguida se da cuenta de que su curiosidad no le trae nada bueno. La novela de Estela Chocarro me ha parecido muy interesante por varios aspectos. El primero de ellos, que trata un tema local de manera universal sin perder el entorno, o el ambiente, como dirían otros. En segundo lugar, la estructura de la novela me parece interesante, puesto que consigue mantener en vilo y crear un clima de tensión incluso con los personajes secundarios. Es como si se tratara de un juego en el que todos y cada uno de ellos pueden ser sospechosos. Los ingredientes: tiene acción, misterio, romance, e incluso algún personaje que introduce algún punto de humor. De los "peros" voy a citar el más llamativo: hablamos de una novela de acción y misterio en la que todo puede pasar, por tanto, no me parece del todo acertado que en la solapa trasera del libro ya se anuncie la próxima aventura de dos de los protagonistas, lo cual nos da una buena pista sobre el destino final de sus vidas. Quizás hubiese sido interesante dejarlo para otro momento, o no.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Las cebras

¿Qué sabrán las cebras de pedagogía? Pues imagino que menos que mucha gente, aunque quizás más que los abusan de ella en un intento por imponer al prójimo lo que tienen en la cabeza. Así es, hace más bien poco pude leer en una acalorada discusión chatera - ahora irse de chatos es más triste que antes - a un individuo que etiquetaba a sus coetáneos en función de su visión particular y les decía: si haces esto es que eres de izquierdas, si haces tal otro, de derechas. Si no piensas como tal, eres un golpista, si piensas como el de más allá, eres un sabio a quien se merece respetar. Pues no sé, lo único que tengo claro es una cosa: aquellos que pretenden decirle a la gente lo que tiene que hacer generalmente son tendenciosos. Entiéndase esta reflexión fuera de toda jerarquía que implique una relación laboral: me refiero a lo que uno haga o deje de hacer con su pensamiento y con su vida, no a si hay que poner patatas en un McMenú o no.
Y ser tendencioso... ¿es bueno o malo? Pues cada uno es como es, como le han parido, como ha mamao y como se ha desarrolado por cuenta y riesgo. Algunos son libres como pájaros asilvestrados y otros en cambio necesitan aferrarse a alguna convicción o tener ese sentimiento de manada que les hace sentirse a salvo y que les da una coherencia a sus pensamientos. Ni buena ni mala, cada una de las posturas es natural.
Otra cosa es que por tenecer a un grupo, automáticamente tengas razón. Puede que lo creas, porque obviamente dentro de tu grupo te dan la razón. Es el grupo el que se preocupa por tener la razón, no la persona, aunque ese grupo ni siquiera exista como tal, aunque tan solo sea una corriente de pensamiento. Yo recuerdo que hace unos cuantos años - una pila ya - cambié algo mi manera de pensar a raíz de unos estudios. No abandoné mi ideología particular, sino que aprendí a ampliar el enfoque y a analizar cosas que antes simplemente no tenía en cuenta, e incluso me molestaban si mi objetivo era defender una postura concreta. Ser objetivo es algo muy difícil, e implica - al menos a mí, y más en cuestiones ideológicas o políticas - un tránsito que conlleva cierta autodestrucción - a veces dolorosa - de lo que uno creía antes que era una verdad absoluta.
Como siempre, el refranero popular contiene una gran sabiduría: pese a lo que diga Donald Trump, en el mundo no hay blancos ni negros, sino grises. Y es cierto, aquellos que se empeñan en ver el mundo como si se tratase del pellejo de una cebra son personas tendenciosas, muchas veces alejados, no de una verdad absoluta - que quizás no exista  - sino por lo menos de una verdad aritmética.

Jon Ander Crespo Ferrer

lunes, 14 de noviembre de 2016

Papel mojado

Juan José Millás, nacido en Valencia en 1946, era hasta hoy uno de los autores que conocía, pero de los que no había leído nada. Curiosamente, había leído un libro de su hermana, Pan de rana, que me había dedicado con motivo de colaborar - indirectamente - en su presentación. Digo que no había leído nada, como digo también que leeré más. El libro, fresco, de una trama divertida y original, me ha generado una sensación que no había tenido antes: era como si estuviese leyendo un borrador que hubiese escrito yo mismo. Es algo extraño, pese a las diferencias, la cuestión de ritmo y la personalidad del protagonista podían haber formado parte perfectamente de un argumento que ideara mi cabeza. El libro, que se dirige a un público joven - o así lo catalogan las editoriales -  pero realmente es para todos los públicos.  
Podría contar de qué va el tema, pero quizás fuera contraproducente para el futuro lector, que verá como una hilera de personajes corrientes van moviéndose en espiral hasta dar con un brillante final para un argumento, que si bien no levanta innumerables sospechas, tiene los vértices suficientes para mantener el misterio. Un libro poco sangriento, con erótica implícita pero no chabacana, con situaciones divertidas que pasan del absurdo a la ironía, y es que es muy difícil escribir desde el absurdo saltando al realismo mientras se mantiene la firmeza de un argumento. en definitiva, un libro muy interesante.

Jon Ander Crespo Ferrer

jueves, 10 de noviembre de 2016

Sogatira

Acabo de escuchar en directo en Cuatro a Juan Carlos Monedero equiparando a Rivera y Rajoy con Hitler. Dice que él no es populista y a la vez se atribuye la virtud de poseer la verdad absoluta. Todo lo que hacen los demás está mal y tiene oscuras intenciones. Todo lo que propone él es guay, limpio y nos llevará inexorablemente a la paz y la felicidad mundial. Parece que no se mete con el PSOE porque sin duda tiene alguna esperanza de que regrese Sánchez. Por su parte, el PP quiere censurar la nueva sátira popular española - e internacional - más popularmente conocida como los "memes", vaya... ¿y los humoristas...? ¿vendrán detrás? Quizás debería empezar a temblar Oroz...  Al final, el retrato que queda es el de una sogatira que de alguna manera obliga a posicionarse a los que están en medio o no querían jugar. Eso es lo alarmante, mandar mensajes a los medios dirigidos a polarizar en lugar de a unir, lanzar o sugerir iniciativas precipitadas en momentos delicados. Si algo demanda la ciudadanía - ese famoso cambio - es que los políticos estén a la altura de las circunstancias, que trabajen en lo importante, no que estén en continua campaña electoral intentando desgastar al adversario o reforzando su posición política. El señor Monedero aún no se ha enterado de que a las personas inteligentes se les conoce por sus palabras y sus actos, pues estos normalmente provienen de una reflexión, más acertada o no. No basta con formar parte de la aristocracia académica ni con aparecer en el cartel de una conferencia.  Tampoco parece que conozca que entre quienes le escuchan y pueden llegar a votar a su partido - ese pueblo que alegremente se echan a la espalda - existe un nutrido grupo de personas que poseen esa inteligencia que él intenta aparentar en su maquiavélica retórica. Esos ciudadanos, gente normal y corriente, de vaqueros y camiseta en la calle, chándal y/o pijama y pantuflas en casa, pero que seguramente se pondrían una corbata para ir a trabajar al congreso de los diputados - no por pijos, sino por respeto a la institución y los ciudadanos - le escuchan atentamente, analizan y anotan sus palabras en su memoria. El señor Rajoy por su parte, parece que no se acaba de enterar de que se demanda un cambio. Que sí, que mucha gente le ha votado y debe estar contento por ello, pero eso no le da vía libre para volver a actuar como si no pasara nada. Sensibilidad social, al señor Rajoy, le falta bastante. No basta con intentar apoderarse de parte del discurso - el más bonito - de la socialdemocracia. De poco se me saltan las lágrimas cuando en campaña le ví defender la Seguridad Social, la Sanidad Pública o la Educación. Está claro que lo han asimilado, ha costado su tiempo, pero los principios socialdemócratas han triunfado y ello erosiona el discurso del PSOE pero nos permite a todos tener un buen nivel de bienestar social que ya no discute nadie. Sin embargo, por algo les llaman conservadores, y es que les cuesta mucho - infinito - adaptarse a los tiempos e intentar afrontar con solvencia y valentía cualquier cambio social. Por favor, no tiren de la cuerda, que ya sabemos lo que pasa.  
Jon Ander Crespo Ferrer

martes, 8 de noviembre de 2016

La criada

La criada es una obra de Isabel Marie que fue publicada por la Editorial Andrés Bello. Isabel Marie fue una escritora y psicoanalista nacida en Barcelona pero de nacionalidad francesa. Autora de cinco novelas, nació en 1943 y falleció en 1996.
La historia que narra la criada es un relato psicológico en el que una mujer, doctora en filosofía, decide dar un cambio a su vida y entrar como empleada de servicio doméstico en un lujoso apartamento del centro de París en el que vive un matrimonio, formado por los personajes Bernard Réigner y su esposa Laura. La trama habla de la relación entre ambos y del impacto de la entrada de la nueva criada en su vida hogareña. El escenario es en todo momento el apartamento, sin grandes detalles. El punto de vista, el de la criada, que es quien desliza qué puedan pensar los otros protagonistas, sin profundizar demasiado en ellos. Como libro es interesante, sobre todo por el enfoque psicológico / filosófico que da la criada en todo momento, y su trama / desarrollo es convincente. Un tratado sobre la naturaleza humana, la importancia del sexo y las relaciones entre los distintos estratos sociales - muy a la francesa - así como las implicaciones psicológicas de una relación a tres.

lunes, 7 de noviembre de 2016

El anillo del pescador

El anillo del pescador no es un libro cualquiera, o al menos no lo es para mí. Como libro histórico, merece un sobresaliente. Los años, los siglos, transcurren con normalidad y una serie de personajes caminan a su sombra, manteniendo la fidelidad al auténtico Papa, aquel que fue elegido sin presiones populares, aquel que sobrevivió a la voluntad de príncipes, reyes y emperadores. 
A lo largo de las páginas del libro Jean Raspail novela sobre la personalidad del Papa Luna y sobre la firmeza en sus convicciones. Una epopeya en cuanto a intrigas palaciegas y alta política, durante la cual muchos son los que traicionan al que se vislumbra como auténtico cabeza de la Iglesia Católica. Un personaje, el Papa Luna, al que sus enemigos tachan de hereje, al que llegan a atribuirle que esconde demonios en sus bolsillos y un montón de sandeces más, con el único objetivo de hacerse con el control de Roma, y por tanto, también del tesoro vaticano.
Hay muchos elementos curiosos, como por ejemplo la fidelidad del Arzobispo de Pamplona, el cardenal de Salva, a la figura del Papa Luna, también conocido como Benedicto XIII. Aragón, tierra de nacimiento de este, también le es fiel, así como Castilla, y unas cuantas zonas de Francia e Italia. 
La figura del Papa Luna se ve sucedida a lo largo de seis siglos por una serie de religiosos - el papado se va transmitiendo - que adoptan todos el mismo nombre "Benedicto". La degradación, la pobreza y las penurias que pasan, hacen que el lector rápidamente se solidarice con ellos y vea con nitidez las artimañas del resto de la Curia, las cuales finalizan en el Concilio de Constanza, concilio convocado por el emperador Segismundo.
La convivencia no solo de dos Papas simultáneos, sino de tres, revela el conflicto de intereses políticos y la avaricia del ser humano a lo largo de los siglos. Buena gente - algunos - y mala calaña - otros - ninguno cede cuando les demandan su dimisión. El enigma que mantiene el libro en todo momento - y lo lleva a nuestros tiempos - es sencillo: ¿quién es el Papa verdadero?

domingo, 6 de noviembre de 2016

Un asunto espinoso



El caso Ramón Espinar... No tengo nada en contra de esta persona y me referiré a él porque le ha tocado salir en prensa, sin embargo, valgan estas reflexiones para cualquiera, especialmente para aquellos -de todos los colores - que suben a la tribuna para hablar de moral. Elementos para analizar desde la ética: 1º) Resulta que su familia tiene recursos para prestarle 60.000€ para comprarse una vivienda - mucho dinerito en época de crisis, por cierto - pero él decide acudir a una vivienda de protección en lugar de comprarse una de mercado. 2º) Esa vivienda de protección, joven o como se llame, se la dan en lugar de a alguién que quizás dispusiese de menos recursos en su entorno. ¿Cómo se la dan? He oído que a través de CC.OO. A nadie que conozca el mundillo le son indiferentes las "gestiones independientes" de los sindicatos en este asunto, quizás una más de las razones por las que ahora estén en capa caída. 3º) El préstamo lo hace su familia, la misma que supuestamente se ha beneficiado de las black. Oiga, si su padre saca 180.000 euros de una tarjeta, es probable que su capacidad de ahorro aumente bastante y pueda prestarle ese dinero. ¿Sería difícil hacer también un préstamo puente a través de su madre? ¿Lo han declarado en donaciones?. 4º) Los 20.000 euros de pelotazo son lo de menos, pero no obstante equivale a más del sueldo anual de muchísimas personas. 5º) Devuelve - y vende - la vivienda porque se da cuenta de que no la puede pagar... Oiga, ¿a que no le pasa lo mismo con un coche? Seguro que en ese caso miraría muy bien si se lo compra o no antes de firmar nada, sin embargo con la vivienda debemos creernos que él no sabía que no la podría pagar. ¿O es que de repente se cortó el chorro de las black y ya no iba a recibir dinero de estrangis para acometer dichos pagos? 6º) Y la gente que no se aprovecha de esas ayudas ¿qué cara se les queda? Casi ningún estudiante con 25 años, por muy rica que sea su familia, tiene dinero propio como para meterse en un piso con solvencia. Si uno anda justo de dinero, se va a un piso de estudiantes, alquila o se mete en un piso que pueda pagar, que también los hay. 7º) Dice que el beneficio se lo gastó en un master y un ordenador ¿a alguien le importa? Sin embargo, la respuesta es importante: si lo que quería era un piso, lo lógico es que con el dinero obtenido hubiese intentado comprar uno más barato o se hubiese ido de alquiler. Sin embargo al parecer cambió de idea. 8º) Beneficio en venta de esa vivienda, beca en la universidad, senador...¿Es este individuo un antisistema que se aprovecha del sistema? 9º) ¿Por qué se indigna este muchacho - cargo público - cuando le analizan una compra-venta? Una operación por cierto, que se examina mucho más minuciosamente cuando la realizan a cada una de las más de tres millones de empresas que hay en este país y en las que se miran las transacciones económicas realizadas incluso con los parientes de tercer grado de parentesco. 10º) Y va y dice en directo en televisión que lo que le ha pasado a él es algo muy normal y que le pasa a mucha más gente... impresionante.


Jon Ander Crespo Ferrer

lunes, 31 de octubre de 2016

El librero

"El librero" es el título de un relato de Roald Dahl publicado recientemente por Nórdica libros. Una obra interesante y divertida que narra los quehaceres de unos estafadores desde la perspectiva del humor inglés. Breve, pues no llega a las 65 páginas, contando las dedicadas a las ilustraciones de Federico Delicado. El libro presenta ese nuevo tipo de formato de letra grande tan de moda, al estilo Paulo Coelho, que facilita la lectura para todos los públicos. La manera de redactar es sencilla,o dicho de otro modo más justo, permite una lectura fácil que puede atrapar a todo tipo de lector. El argumento, que no voy a desvelar pues es la gracia del libro, es interesante y bien llevado hasta el final, momento en que quizás alguien pueda echar de menos algo más de ingenio para el remate. Como conclusión: una obra que demuestra nuevamente que no es necesario redactar textos muy barrocos para ser un gran escritor.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Marejada en aguas rojas

Dícese que un tal Petersan, comandante de las fuerzas rojas, ha convocado un congreso con la urgencia de quien pierde aguas preocupado por seguir luciendo su uniforme pero sin percatarse de que su flota - a estas alturas pesquera - está a la deriva a resultas de sus maniobras y del empuje de las corrientes que le vienen de babor. Un congreso exprés -  lo llaman sarcásticamente - cuando en realidad todos – en especial sus contrincantes - saben que se trata de una estratagema temporal y capciosa para imposibilitar cualquier tipo de motín a bordo. Violentado por alguno de sus capitanes, aquellos que creen conveniente destituirlo para conseguir enderezar el rumbo en lugar de seguir navegando según sople el aire o les arrastre la mar, el comandante ha convocado ese congreso mientras saca pecho y se reafirma en su posición estática exclamando a los cuatro vientos aquello de que de allí no le saca ni Dios. Él, el infalible, el líder que no se cuestiona sus consecutivas derrotas, les ha dado la espalda  y ha depositado su confianza en lo que digan los marineros rasos, el eslabón más modesto de su tripulación. Sin embargo, a última hora uno de sus asesores le plantea una cuestión:
-En efecto, la mayor parte de los marineros que votaron en su día estaban a su favor, pero... ¿Ha pensado que tan solo eran un parte de todos ellos? ¿Qué dirán los demás?¿Y si han cambiado de opinión?
-Tonterías - responde el comandante - eso no son más que falsedades, hay que acabar con este motín como sea.
-Ya… pero ¿está seguro de que tenemos fuerzas suficientes para tomar la Isla?

Desoyendo las advertencias, el comandante tira a su asesor por la borda y continúa pilotando, ignorando rocas, vendavales y piratas, y manteniendo firme el convencimiento de que los astros se van a conjurar a su favor.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Fiesta

Alicia estaba triste y exhausta. Tras varios días siguiendo al conejo blanco empezaba a dudar de las promesas de este y ya tenía ganas de descansar. Sin embargo, al llegar a la cima de la colina cambió de opinión.
-Ya casi estamos, es allí –le dijo el conejo mientras señalaba una ciudad amurallada que se veía a lo lejos.
La información del conejo la confirmaba la señal de madera que indicaba que a dos kilómetros de allí se encontraba la localidad de “Fiesta”.
Alicia suspiró tranquila mientras se fijaba en cómo el conejo empezaba a sacar varias cosas de su maletín.

-Toma – le dijo – si quieres que te dejen entrar tendrás que vestirte con esto.
Alicia lo miró perpleja. El conejo le había dado ropa blanca, un pañuelo rojo y una especie de fajín, también colorado.
-¿De verdad me tengo que vestir así? – le preguntó.
-Es lo mejor, así no te reconocerá nadie.
Cuando entraron en la ciudad Alicia no daba crédito a lo que veían sus ojos. Había música por todas partes y de las fuentes manaba champagne. De repente y sin saber cómo, se encontró bailando con los demás.
-Bienvenida, te estábamos esperando – le dijo el hombre de la chistera.


Como puede verse pinchando aquí este relato se presentó al concurso de microrrelatos de blogsanfermin.com. No pudo ser, así que es probable que continúe intentándolo al menos hasta que tenga una buena colección de relatos no premiados.

martes, 13 de septiembre de 2016

Modernizar el Museo de Navarra

Fachada del Museo de Navarra 
Pamplona, capital europea de la cultura. Eso era a lo que aspiraba la capital del Reyno hace unos pocos años. Algunas personas - no pocas - dudaban del potencial de la candidatura. Otras, se planteaban si era necesario gastar allí las perras. Pero el caso es con espíritu olímpico - ese que dice que lo importante no es ganar sino participar - se hizo, y los munícipes nos metieron en la carrera por tan ansiado prestigio. No me parece mal, pero sin embargo, como ocurre cuando vas a Andalucía y no te sacan una tapa con la caña, algo chirriaba. Y sigue chirriando. 

Estamos, si no me he colado, adentrados en el siglo XXI, una época - la que nos toca vivir - de cambios, algunos efímeros, otros duraderos. Si tampoco me equivoco - y salvo catástrofe mundial - parece ser que Internet no va a desaparecer, por lo menos en los próximos años y que se ha constituido en el principal vehículo de comunicación mundial. Sin hacer comparativas, ni entrar en más circunloquios: ¿A alguien le parece normal que el Museo de Navarra no tenga página web?

Por otro lado, lejos de las aptitudes digitales de los museólogos forales o de su presupuesto para estas lides, está el tema de replantear el Museo. No he visitado todos los museos de España ni mucho menos, pero sí que he pisado unos cuantos, y del de Navarra hay una cosa que me llama la atención. Teniendo en cuenta el marketing - incluso en las carreteras - que se hace del Reyno de Navarra - la sensación que me da cuando entras al museo es que - al margen de lo que rezan los letreros explicativos - podría tratarse del museo de una provincia cualquiera. ¿Dónde queda la identidad? ¿Dónde está el recorrido por la historia de Navarra? Desde los orígenes del reino, a la conquista por Castilla, o la gamazada. Seguramente estén y los haya pasado por alto, pero también creo que si lo están, tienen un protagonismo muy discreto, que no le hace justicia al territorio.

Así que desde este discreto foro, me gustaría invitar a la reflexión sobre  la necesidad de modernizar ese espacio cultural común de todos nosotros. Una página web en condiciones, un nuevo planteamiento más pedagógico, una mayor profundización en la historia de Navarra... en fin, esas "cosicas" propongo.

jueves, 8 de septiembre de 2016

Agatha Christie y el surf

Agatha Christie con su tabla
Este verano he tenido la oportunidad de practicar paddle surf y body surf, en un conato de lanzarme a las tablas de verdad. Y es que las olas enganchan. Sentir la fuerza del mar, cabalgar al rugir del agua, es una sensación espectacular. Por un momento, bromeando con mis amigos, había comentado lo raro de compaginar la escritura con mantener el equilibrio sobre una tabla, pero para mi sorpresa - agradable - me he encontrado con que la escritora más afamada de todos los tiempos fue una pionera del surf. No puedo hablar de otra autora que de Agatha Christie, archiconocida por sus obras policíacas. 
Por alguna extraña razón en mi mente me imaginaba a la escritora con un aspecto más similar a una señora de entrada edad frente a una antigua máquina de escribir que a una mujer que desafiaba a las olas. No se si le pasará a más gente. El caso es que una vez roto este estereotipo, ahora incluso me resulta más simpática y cuando vuelva a leer alguno de sus libros, trataré de imaginarla con esta nueva visión.

Al hilo de estas curiosidades, precisamente hace unos días, mientras andaba escarbando en la biblioteca, me topé con una de sus obras, titulada "Hacia cero", editada en España dentro de la conocida serie que Editorial Molino sacó de la escritora. La novela, de una estructura brillante, recoge en uno de los párrafos del prólogo, una visión acerca de las novelas policíacas, que la autora manifiesta a través de un personaje, el señor Treves (anciano y afamado abogado):

"A mi me gustan las buenas novelas policíacas - dijo -. Pero opino que empiezan donde no deben. Empiezan con el asesinato. Pero el asesinato es el fin. La historia empieza mucho antes, con todas las causas y acontecimientos que reúnen a determinadas personas en determinado lugar, a una hora determinada de un día determinado."

lunes, 5 de septiembre de 2016

Cyrano y la Luna: fantasía o ciencia ficción

¿Quién no conoce a Cyrano de Bergerac? Famoso por su magnífico apéndice nasal, ha sido llevado en numerosas ocasiones a las pantallas, y a través de este catalizador de información ya forma parte indiscutible del imaginario popular.  Cyrano fue un personaje real, un escritor satírico francés, que vivió en el siglo XVII. Entre otras obras, este autor escribió "viaje a la Luna" muchos siglos antes de que lo hiciese ese otro francés universal que era Julio Verne.
¿Qué diferencias hay entre los dos? Lógicamente muchísimas. Para empezar, el lenguaje empleado no tiene nada que ver. En segundo lugar, los avances científicos de la época, tampoco son comparables, por lo que era de esperar que idea de cómo llegar a la luna fuese algo diferente entre ambos autores.
Sin embargo hay varias cosas que destacan en Bergerac, que no era un científico, que le hacen digno de mención como uno de los precursores de la ciencia ficción, aunque sea en su versión satírica.
En primer lugar, presenta tres modos de llegar a la luna: Dos de ellos mediante el empleo de cohetes (aunque en el imaginario de Bergerac son similares a los de los fuegos artificiales) y otro mediante técnicas de electromagnetismo (¿alguien recuerda los trenes de alta velocidad que circulan sin tocar el suelo?)
En segundo lugar, porque Bergerac habla claramente de extraterrestres, que considera han estado en la tierra, y que también viven en otros planetas del sistema solar. Hablamos de marcianos, habitantes de la luna, saturno, júpiter, etc... incluso él realiza una hipótesis ingeniosa sobre los habitantes del sol. De hecho, a su llegada a la luna el protagonista se encuentra con varios de ellos.
En tercer lugar, Cyrano emplea y discute los avances científicos de la época, y los novela a su antojo. Como ejemplo, en su primer fracaso espacial, emplea un argumento divertido para hablar de la rotación de la tierra, donde el protagonista dice estar sorprendido por, habiendo ascendido al cielo, no haber caído al mismo lugar de donde había partido. En el ejemplo, gracioso donde los haya, el protagonista despega desde Paris, y aterriza en Canadá (zona francesa en la época de Bergerac)
En cuarto lugar, el protagonista del Viaje a la Luna discute temas científicos de envergadura como la magnitud del universo, el infinito o la eternidad, en un juego retórico entre personajes, que pone en duda tanto los nuevos conocimientos de la época como los antiguos.

Por ello recomiendo a las personas interesadas en la ciencia ficción, que echen un ojo a este libro, y seguramente se lleven una grata sorpresa de ver cómo  veía el mundo, los planetas y el futuro este señor, y además se hagan una pregunta: Aunque no coetáneos, siendo los dos paisanos ¿pudo haberse inspirado Julio Verne en Cyrano de Bergerac para escribir su Viaje a la Luna?

En cuanto a ediciones, hay varias de la colección austral de Espasa Calpe, que recogen dos obras: "Viaje a la luna" e "Historia cómica de los estados e imperios del sol"

viernes, 2 de septiembre de 2016

Chejov y el medio ambiente

A veces pensamos que el tema del compromiso con el medioambiente o la sensibilidad hacia la naturaleza es algo novedoso, algo propio de una época que se ha dado cuenta de que el consumo voraz de los productos de la industrialización ha predestinado nuestro planeta a una catástrofe inevitable. Y sin duda no está mal que tengamos esa sensación, ese sentimiento de vocación universal de que es a esta generación, a esta época de la humanidad, a la que le corresponde echar la vista atrás e intentar poner remedio a las agresiones que hemos realizado a la naturaleza.
Sin embargo, también es justo destacar a aquellas personas que mucho tiempo atrás, cuando ninguno de los que pisamos actualmente la tierra habíamos nacido, también tuvieron esa visión y esa sensibilidad. Este es el caso de uno de los grandes: Anton Chejov. El fenomenal dramaturgo, autor entre otras obras de la archiconocida "El jardín de los cerezos" (muy recomendable lectura), hablaba en "El tío Vania" (1880) en boca del médico Astrov de este tema, del que comparto un extracto:

"(...) yo consentiría que la gente cortase árboles si los necesitase realmente, ¿más por qué destruir los bosques? Los bosques rusos están agonizando literalmente bajo el hacha; millones de árboles están siendo destruídos, los refugios de animales y pájaros están siendo talados, los ríos amenguan su caudal y se secan, maravillosos paisajes desaparecen para siempre; y todo esto ocurre únicamente porque la gente es demasiado perezosa y estúpida (...) El hombre está provisto de razón y de poder creador para incrementar aquello que le ha sido dado, pero hasta el presente se ha limitado a destruir y no a crear. Cada día hay menos bosques, los ríos se secan, los animales salvajes están casi exterminados, el clima ha empeorado y la tierra es cada día más pobre y espantosa(...)"

Desertización, extinción de especies, cambio climático... ¿os suena de algo? 

lunes, 29 de agosto de 2016

Un año de blog

El tiempo pasa rápido, vertiginoso, pero hay herramientas como esta, y me refiero a este blog, que sirven para registrar que hubo un ayer. A día de hoy hace un año que escribí las primeras letras en él, un año en el que he publicado dos libros, uno propio "La historia secreta del valle del aragón" -origen del blog - y un texto en la antología "Retazos de terror". 

Consciente del éxito de otros blogs más populares, y que dedican más recursos a su difusión, estoy más que satisfecho por haber tenido más de mil quinientas visitas, llegando aproximadamente a las cinco visitas diarias, una cifra nada desdeñable que el próximo curso me propongo multiplicar por dos.

Como he comentado, el blog se creó para dar a conocer el libro que salió al mercado el pasado septiembre de 2015, pero poco a poco ha cambiado y ha acogido algunos  relatos y noticias diversas que tenían que ver con el autor. Ahora, con la vista puesta en el diecisiete y a punto de entrar en cuarentena, la idea es que este mismo espacio recoja las novedades editoriales, que espero sean buenas y os sorprendan.

¿Un adelanto?... ¡Mejor una sorpresa!

domingo, 28 de agosto de 2016

El cuento del no es no

El pasado 25 de agosto me publicaron en las cartas al director del Diario de Navarra un pequeño cuento - la gracia tenía un límite de 20 líneas - titulado, "El cuento del no es no". Lo reproduzco en el blog para quienes no tuvieron oportunidad de leerlo en su momento y tengan un mínimo interés en el tema de porqué en este país no hay dios que se ponga de acuerdo para elegir presidente de gobierno.


El cuento del no es no
Érase un país donde con la indiferencia del impune, sus señorías posaban sus señoriales nalgas en las mullidas butacas del congreso. Imperturbables, haciéndose sordos y ciegos, navegando a la deriva a la espera de un milagro navideño, llevaban meses incapaces de formar gobierno.
Mientras tanto los demás ciudadanos, los que no mamaban de ningún pezón democrático, esperaban atentos. ¿Por qué no se ponen de acuerdo? - dijo un señor en un bar- No lo entiendo - contestó un tendero. Fue una niña pequeña, la que propuso primero: Yo haría como en el Vaticano y los encerraría dentro, y hasta que no eligiesen presidente, no saldrían del congreso. No es mala idea - pensó el panadero - Hagamos una propuesta popular - animó el frutero. Sí, es muy buena y a mí se me ocurre otra - dijo un tercero. Dinos pues - respondieron a coro. Mirad, según he escuchado en las noticias, si no cumplimos no sé qué, nos pondrán una multa de seis mil millones de euros. ¿Seis mil millones?, ¡qué barbaridad! - le respondieron - ¿Y tú qué propones? Una cosa sencilla, que nosotros no los paguemos: que los que no se deciden, incapaces de ponerse de acuerdo, pongan de su mano un aval, para pagar esos euros. Eso está muy bien – apuntó el maestro – el problema es que son ellos mismos quienes se ponen sus reglas, quizás si la ley de partidos se votase en referéndum…

Y así hablaron y hablaron y sus ideas cada vez llegaron a más y más personas, hasta que por fin, tan sorprendentes exigencias llegaron a las puertas del congreso. Nadie se hizo cargo, todos los que estaban allí se hicieron los suecos. Que si aquello era inconstitucional, que si en funciones estaba el gobierno, que si era rojo o liberal, que no les correspondía hacerlo. Así fue que llegó el día de Navidad y nadie fue a votar, excepto los diputados, y los familiares de estos. 

Jon Ander Crespo Ferrer

martes, 23 de agosto de 2016

Carlos Álamo Ybarra

Hace unos pocos días cayó en mis manos un pequeño tesoro: un libro cuyas tapas estaban envueltas en una doble capa de papel, titulado Río Negro, escrito por D. Carlos Álamo Ibarra, un escritor venezolano que recogió en esta obra todo un tratado antropológico. Desde las explotaciones de oro a las plantaciones de caucho y el papel de los europeos en la explotación de los recursos de los indígenas, a la definición magistral de las prácticas de los caciques que se hacían dueños de las riberas del Orinoco.
El libro, además de mostrar una capacidad descriptiva fuera de lo común, tenía otra sorpresa añadida. Cuando me lo regalaron - doy aquí las gracias a D. Julián Fueyo, vecino de Asturias - presentaba el aspecto de un libro envuelto, que al abrirlo desvelaba diferentes imágenes de los nativos, y de las prácticas de la zona. Sin embargo, la procedencia del libro, fuente sin duda católica, me había deparado una nueva sorpresa. Me di cuenta al buscarlo en internet y ver allí la portada. Con la curiosidad de saber que se trataba del mismo ejemplar que el mío, despojado de su falsa cubierta vi que tenía otra capa más de tapadillo, un papel de periódico de la época, que hacía las funciones de asegurar la censura, pues bajo dichas dos capas, no había otra cosa que un desnudo de una nativa, que aparecía mostrando sus virtudes de cintura para arriba.
Al margen de este chascarrillo, realmente la lectura del libro "Río Negro" es fascinante para quienes gusten de la historia y la antropología del Amazonas, así como para los amantes de la aventura, pues la redacción, además de ser precisa, está entramada de forma novelesca. Un gran descubrimiento sin duda el de Carlos Álamo Ybarra.

lunes, 25 de julio de 2016

Escuela de políticos


Aquí dejo para la afición este microrrelato que tiene el mérito, para ser tan corto, de haber sido escrito a medias con Sabino Jarana, que sabe mucho de estas cosas:

Encontré en Internet un curioso anuncio: Escuela de Políticos, lábrese un porvenir. Aunque el curso era caro, prescindí de algunas birras diarias, me matriculé y lo realicé online. Pasado un año me enviaron un título y me afiliaron a un partido político con el que no comulgaba. Tuve éxito aplicando bien mis conocimientos aprendidos en el arte de trepar y poner zancadillas. Pronto fui elegido parlamentario autonómico y héteme ahora defendiendo brillantemente ideas que antes me aborrecían. Pero ochenta mil euros anuales – entre sueldo, dietas y demás prebendas más o menos opacas – bien merecen la pena. Digo yo.

miércoles, 11 de mayo de 2016

La capilla de los arrepentidos

Conocí al padre Guillermo allá por el año cincuenta y dos. Por aquel entonces yo acababa de ingresar en el monasterio y él ya andaba encorvado y quejumbroso de sus articulaciones, pero eso no le impedía caminar todas las tardes mil pasos de ida y otros tantos de vuelta para ir a rezar a aquella ermita. Al principio pensé que se trataba de una costumbre o de un capricho del viejo fraile, pero más tarde, siendo testigo todavía de su insistencia, me enteré de que acudía a aquel templo para visitar la capilla que se conoce como de los arrepentidos. Yo no entendía qué arrepentimiento pudiera tener aquel buen hombre que se desvivía por lo más necesitados dándoles de comer, visitándolos cuando estaban enfermos y haciendo todas esas cosas que dan humanidad a nuestro oficio del clero; hasta que un día, estando fray Guillermo en cama por falta de fuerzas, me pidió un favor especial, que fuera en su lugar a aquella capilla, encendiera un cirio y rezara tres avemarías, y que lo hiciera todos los días mientras él no hubiera muerto, pues no tenía otra manera de morir en paz.
No fue hasta la noche en que se despidió de este mundo, cuando conocí la verdadera intención de aquella obsesión del padre Guillermo por la capilla de los arrepentidos. Aquella noche, sentado junto a su lecho y con la única compañía de la luz de un viejo candil, el anciano me confesó sus miedos de acabar en el infierno; aquellos se remontaban a un fatídico verano cincuenta años atrás.
En aquella época fray Guillermo todavía no se había entregado a Dios, o por lo menos, no había comprometido su vida al sacrificio cristiano, sino que para mi sorpresa, me enteré de que por aquel entonces ejercía la profesión de soldado. Fue precisamente durante un permiso que le habían concedido cuando volvió a su pueblo natal a visitar a su familia.
El pueblo, ni grande ni pequeño, y del cual no diré el nombre, era uno de esos típicos pueblos de la Ribera navarra, de casas encaladas y huertos arrimados a la orilla del río. Allí habían nacido él, sus padres y sus tres hermanos. Su padre, don Ernesto, era un buen hombre que había tenido una vida difícil; de pequeño, con apenas seis años, había quedado huérfano, y al no tener familiares directos que lo acogieran, lo enviaron a casa de unos parientes lejanos que vivían en otro pueblo de la Ribera. Aunque huérfano, el chico era heredero de una importante fortuna, pero a pesar de que las rentas de la hacienda de sus padres cubrían todos sus gastos, los lejanos familiares que lo acogieron sólo lo trataron como su “queridísimo sobrino” de puertas hacia fuera; su realidad fue más cenicienta, cuando no lo mandaban al río a por agua era porque estaba cuidando el ganado y cuando no tenía que cargar la leña era porque estaba ordeñando; en definitiva, el chico gastó su infancia y parte de su juventud obligado a hacer cualquier menester que le fuese encargado, así que no es de extrañar que cuando el joven Ernesto alcanzó la mayoría de edad volviese a su pueblo huyendo de aquel lugar y formase una familia con Juana.
Juana, la madre de fray Guillermo, se movía con agilidad entre las diligencias propias de quien lleva una casa de labranza y sentía una gran admiración por su marido, la cual debía ser correspondida a juicio de los cuatro hijos que tuvieron. El mayor, Eduardo, había nacido un año después de que contrajeran matrimonio, el segundo, fray Guillermo, un año después, un par de años más tarde vino el tercero, al que llamaron Emiliano, y mucho más tarde, podríamos decir que casi inesperado, llegó al mundo Benjamín, el último y cuarto.
Aquella tarde de verano Guillermo estaba charlando en el granero de la casa con dos de sus hermanos.
-La cosa está cada vez peor - había dicho Emiliano.
-Tenemos que hacer algo ya - insistía el mayor.
Que hablasen así no era casualidad; si bien hacía dos años que Guillermo se había alistado al ejército para alejarse de aquella casa, era plenamente consciente de lo que hablaban sus hermanos; debían actuar con premura o el asunto se les iba a ir de las manos.
-Por mi podéis hacer lo que consideréis oportuno – les dijo.
Guillermo entendía a sus hermanos; hacía tiempo que las cosas habían cambiado y aquella ya no era la familia ejemplar de antaño, pero lo que más le preocupaba era que su padre parecía de acuerdo con todo lo que estaba pasando. No podía fechar cuándo comenzó, si fue cuando descubrieron a su madre empleando dinero para encender la estufa de la casa o cuando le dio por golpear los cristales hasta romper las ventanas; quizás siempre hubiese estado ahí o quizás había empeorado con los años, daba igual, el caso es que Guillermo reconocía esa atmósfera turbia que su madre había ido generando y que había terminado enfrentando a los hermanos.
Aquel día, antes de hablar con ellos, él mismo lo había experimentado. Ante la mirada indiferente de su padre, había visto como una vez más su madre sembraba la cizaña entre los hermanos; todos eran unos vagos, todos unos miserables… todos iban a ser desheredados; todos, menos Benjamín, quien habría de heredar todos los bienes y el campo, eso es lo que iba a dictarle al notario.
A los pocos días terminó el permiso del joven soldado y tuvo que dejar aquella casa destartalada de ánimo; por una parte se le había hecho una estancia muy larga, pues cada vez soportaba menos los aires que gastaba su madre, pero por otro le daba pena dejar en esas condiciones a sus hermanos.
Apenas pasó una semana cuando recibió la primera carta de estos. Leyendo sus rápidas letras podía entender que estaban preocupados; no le extrañaba, pues Eduardo, el mayor, se había casado recientemente y tenía todas sus expectativas puestas en el campo, y que decir de Emiliano, el muchacho nunca había puesto mucho esfuerzo en estudiar y no conocía otro oficio que el de labrador. Pero eso no fue todo, después de la primera llegaron más y en cada carta que abría, Guillermo podía oler que la ira que destilaban las palabras crecía y crecía. Primero se contagió y les contestaba dándoles ánimos, incluso se mostraba beligerante y decidido en sus comentarios, pero poco a poco, viendo que las graves acusaciones que vertían sus hermanos iban en aumento y empezaba a predominar la sinrazón, comenzó a responderles más escuetamente, como queriendo calmar la situación.
En aquellos momentos pensaba en su padre, en la rabia que le daba que mirara para otro lado, en cómo podía haberse dejado dominar por aquella mujer; por más que lo pensara no lo lograba entender. Tampoco podía entender a su madre, ni la saña con la que trataba a sus hermanos, no le entraba en la cabeza que nadie lograra detener el comportamiento de aquella mujer, que había sido su madre y a la que ahora odiaba.
Decidió escribir una carta, una carta a su padre; no diría nada a sus hermanos, pues seguramente no le iban a entender, y allí le explicaría por qué se marchó y por qué era necesario apartar a su madre de los asuntos familiares; le pediría que buscase un médico de la región que la pudiera atender y también le suplicaría a él, a su padre, que volviese a acercarse a sus hijos, como antes, como el padre cariñoso que había sido siempre…
Nunca llegó a escribirla, no le dio tiempo; antes de que pudiera hacerlo, el sargento de su regimiento, un tal Benito Frías, lo encerró por orden de la comandancia en una de las celdas del cuartel.
Sucedió una mañana, cuando el sol todavía no acariciaba los campos. El primero en caer fue Benjamín, no tuvieron piedad; armados con un hacha y un palo, los dos hermanos entraron en la casa familiar y mataron a su hermano; luego les tocó el turno a sus padres, paredes salpicadas de sangre y cuerpos mutilados, eso ponía el parte del juzgado. En sus declaraciones habían intentado hacer ver que al llegar a la casa temprano se habían encontrado con aquella situación, y así lo habían denunciado, pero no contaban con que el triguero, un vecino del pueblo, había madrugado demasiado y les había visto entrar en el caserón armados con sus palos.
Guillermo nunca había llegado a imaginar hasta qué extremo llegarían sus hermanos. El juicio fue implacable, rápido; no había duda de que habían sido ellos quienes habían empuñado los instrumentos ensangrentados, y así, la sentencia del juez se mantuvo firme hasta que firmó la condena a muerte de los dos acusados: los dos hermanos, aquellos de quien la ira se había apoderado, fueron los últimos ajusticiados, los últimos condenados a la pena capital por un tribunal en la historia de Navarra, y Guillermo… aunque no había participado en los hechos, el odio que emanaba de sus cartas lo había delatado “como una parte interesada”, eso había dicho el fiscal, insinuándolo como cómplice y beneficiario.
El joven Guillermo fue expulsado del ejército con deshonor y apartado de su legado; nunca volvió a su pueblo, se fue lejos, tan lejos como pudo de su pasado, y pasaron años hasta que se dio cuenta de que por mucho que anduviera, por muy lejos que fuera, no podría olvidar aquello.

Recuerdo como si fuera ayer cuando pronunció aquellas últimas palabras; por mi parte, he seguido yendo a aquella capilla desde hace más de cuarenta años. 

martes, 10 de mayo de 2016

Los niños de Amjoj


Este cuento – opereta infantil - surge en un viaje a Errachidia organizado por Viajes Solidarios, en el que un grupo de intrépidos aventureros provenientes de España, a saber: Ana, Elena, Pilar, María José, Patxi, y quien escribe, acompañados por una representante de la Fundación Deporte Integra, Laura, y de tres personas de la organización local (Initiative Foundation): Isham, Abdu y Redouane, (Dios & Alá me excusen la ortografía), amén del chófer, Mohammed, que nos transportaba por los curvilíneos y abruptos caminos del sur marroquí, se “acercaron” hasta aquellas tierras con ánimo de ayudar en una pequeña escuela infantil sita en el poblado de Tazuka.

Kasbah de Amjoj
El objeto de la opereta, que no del viaje, era compartir la cultura occidental, en este caso más la española, con esos chicos, a través de la universalidad de la canción, tomando prestadas, sin ánimo de ofender a los letristas (muchas veces anónimos) varias tonadillas infantiles populares en España, e integrándolas con un escenario y un vocabulario comprensible para niños de tan corta edad (4-6 años).

Aunque las circunstancias no fueron favorables para la representación, pues a pesar de que tanto el Atlético de Madrid como el Real ganaron sus respectivas semifinales de Champions, había otros planes y el tiempo era escaso para el éxito del propósito, quedan aquí transcritas las líneas plasmadas originalmente en un cuaderno amarillo que, contra toda previsión meteorológica, fue sorprendido por la intermitente lluvia de la seca región. Queda así mismo, a voluntad de los organizadores locales, su traducción al árabe y empleo en la escuela en árabe o español.

Los niños de Amjoj

Érase una vez dos niños que vivían en un pequeño poblado de casas de adobe a las afueras de Errachidia. Se llamaban Abdu y Fátima y eran muy amigos. Por las tardes, después de comer, salían a jugar a la calle y correteaban sin descanso por la tierra polvorienta, dando patadas a una pelota, o jugando al escondite entre los muros de la kasbah de Amjoj. Sin embargo, eso no lo hacían todos los días, pues de vez en cuando, se sentaban en una gran piedra desde la que se veía la carretera que llevaba hasta el lago. Un inmenso lago azul que servía agua a toda la región. A pesar de que no era el asiento más cómodo del mundo, a ellos les gustaba porque desde allí podían ver pasar a la gente que iba y venía haciendo recados por la zona.

Un día que estaban sentados en la piedra vieron pasar a un hombre muy extraño. Era un señor mayor muy llamativo, que vestía una capa oscura y llevaba puesto un sombrero azul muy grande; además, los niños se fijaron en que para caminar se apoyaba en un bastón dorado que reflejaba los rayos del sol. El primer día que lo vieron no le dijeron nada, tan solo pasó caminando delante de ellos, y cuando llegó a la esquina de la montaña, siguió rodeándola y desapareció de su vista, de modo que ya no lo pudieron volver a ver.

¿Qué hacía ese hombre? Era todo un misterio. Al día siguiente, lo volvieron a ver haciendo la misma operación, primero pasó delante de los niños caminando y después, cuando llegó al borde de la montaña, nuevamente giró y desapareció.

Al tercer día los niños tenían tanta curiosidad por aquel hombre que no pudieron contener sus ganas de preguntarle qué hacía.

[Abdu] – Hola, ¿qué haces?
[Extraño] - ¡No lo veis!, estoy caminando.
[Fátima] – Ya lo vemos, ¿pero dónde vas?
[Extraño] – Voy siempre al mismo sitio
[Abdu] - ¿Y cuál es ese sitio?
[Extraño] – Alrededor de la montaña.
[Fátima] - ¿Alrededor de la montaña?
[Extraño] – Alrededor

Los niños se miraron sin entender nada, y de pronto escucharon cómo el hombre empezaba a cantar una canción.

[Extraño – cantando]
“Alrededor de la montaña, la montaña
Alrededor de la montaña, alrededor
Alrededor de la montaña,
Alrededor de la montaña
Alrededor de la montaña, alrededor”
[Extraño y niños cantan a coro]
“Alrededor de la montaña, la montaña
Alrededor de la montaña, alrededor
Alrededor de la montaña,
Alrededor de la montaña
Alrededor de la montaña, alrededor”

Después de aprenderse la canción, los niños se despidieron del hombre, quien finalmente les contó su secreto: ahora que ellos se habían aprendido la canción, él iría a otra montaña a buscar a otros niños que la aprendiesen a cantar.

Días después, después de un tiempo sin ir a la piedra, una tarde calurosa volvieron allí para sentarse otra vez y divertirse viendo pasar a la gente. Cuando llegaron se llevaron una sorpresa. En el lugar en el que se sentaban siempre, había un gran gato negro que estaba tumbado echando la siesta. El gato, que era muy peludo, tenía una mirada brillante y unos bigotes blancos muy largos.

[Fátima] – Hola gato, ¿qué haces en nuestro sitio?
[Gato] – Estoy descansando
[Abdu] – Pero ese es nuestro sitio, no puedes estar ahí tumbado.
[Gato] - ¿Por qué no? Yo siempre me tumbo aquí. Mirad las marcas de mis uñas en la piedra.

Los niños miraron la piedra y al observar las marcas de sus garras, vieron que el gato tenía razón. Entonces se acordaron de una canción y empezaron a cantarla.

[Niños - cantando]
Estaba el señor Don Gato
Sentadito en su sillón
Marra_ma_ma_miauuu
¡Miau_Miau!
Estaba el señor, Don Gato

Luego de cantar la canción, la niña volvió a hablarle al gato

[Fátima] – Gato, haznos sitio que también nos queremos sentar.

Como era muy hospitalario, el gato se echó a un lado y les dejó sitio a los niños con la condición de que no le despertasen mientras echaba la siesta. Ya llevaban un buen rato sentados sin ver pasar a nadie cuando vieron cómo un coche naranja se desviaba de la carretera y se acercaba hasta la piedra. Desde lejos les pareció escuchar que alguien cantaba dentro. Cuando el coche paró delante de ellos, vieron que en el interior viajaban dos niños con sus padres.

[Niños del coche] – Hola, vamos a Errachidia, ¿es por aquí?
[Abdu] – Si, es todo recto y luego a la izquierda.
[Niños del coche] - ¡Oh!, gracias.
[Fátima] - ¿Qué estabais cantando?
[Niños del coche] – Una canción
[Abdu] - ¿Podéis cantarla de nuevo?
[Niños del coche] - ¡Claro!
[Niños del coche – cantando]
En el coche de papá
Nos iremos a pasear
¡Vamos de paseo!
¡Pi, pi, pí!
¡Es un coche feo!
¡Pi, pi, pí!
Pero no me importa
¡Pi, pi, pí!
Porque llevo torta
¡Pi, pi, pí!

[Niños del coche, Abdu y Fátima – cantando]

En el coche de papá
Nos iremos a pasear
¡Vamos de paseo!
¡Pi, pi, pí!
¡Es un coche feo!
¡Pi, pi, pí!
Pero no me importa
¡Pi, pi, pí!
Porque llevo torta
¡Pi, pi, pí!


Cuando el coche se fue para Errachidia, el cielo estrellado anunció que se había hecho de noche y Abdu y Fátima se fueron muy contentos a dormir a sus casas. Aquella semana habían aprendido más de una canción y habían hecho nuevos amigos, entre ellos un gato dormilón.

jueves, 28 de abril de 2016

¿Qué haría hoy Don Quijote con los molinos?

A Eduardo García de pequeño le llamaban Quijote, pero nunca había sabido con certeza cuál era el motivo de ese mote. Según creía, debía haber sido idea de un tío suyo que estaba destinado en la legión, el tío Paco, que una cena de Navidad en la que andaba algo alborotado lo había comparado con su hermano pequeño. ¡Menuda pareja! - había dicho señalando a los dos chicos- son como Sancho y Quijote.
Como al parecer aquella comparativa cayó en gracia en la familia, durante un tiempo a Eduardo siguieron llamándole así. Sin embargo, el cambio de carácter que sufrió en la travesía de su adolescencia, hizo que el muchacho empezara a cogerle tirria a aquel apodo, tanta, que  finalmente un día se rebeló. No me llaméis nunca más Quijote - dijo seriamente en mitad de otra reunión familiar - a partir de ahora quiero que me llaméis Capitán España.
Aquel había sido el inicio de su reconversión, el inicio de una vida destinada a encontrar una verdad que el sistema establecido se empeñaba en camuflar. Y ese drástico cambio era el que le había llevado hasta allí, hasta la mesita que había junto a la máquina tragaperras de la cafetería Toboso.
Apenas podía contener su emoción. Después de varios meses de intensos estudios y de infinitas horas recopilando información, en la pantalla de su tablet aparecía nítidamente lo que había estado buscando con ansia. Miró la hora en la esquina inferior de la pantalla, y nuevamente la comprobó en el reloj de su teléfono móvil. Aquella era una señal, ya no le quedaba ninguna duda. Las doce y doce minutos de un doce de diciembre, ni un minuto más, ni un minuto menos. Ese era el momento exacto en el que había descubierto cómo sabotear un aerogenerador.
La coincidencia era máxima, doce. Si quería lograr su objetivo solo tendría que cortar con un soplete los doce metros de plancha de acero que conformaban el perímetro de la torre. Casualmente, la plancha era de doce milímetros de grosor. El Capitán España se levantó de la mesa de un brinco, y tras ajustarse el antifaz, salió de la cafetería sobresaltado sin hacer caso a las miradas del resto de clientes. Ya hacía tiempo que le daba igual que susurraran a sus espaldas. ¡Qué ignorantes!, como si nunca se hubiese llevado capa en España…
Estelas químicas. El cielo cada vez estaba más cubierto de esas estelas blanquecinas que se propagaban turbiamente por el horizonte. Los medios oficiales intentaban colarles que no eran más que restos de la condensación de los gases producidos en la combustión de los aviones, pero desde el principio él sabía que esa no era la verdad. Esas mortíferas estelas eran el arma química que estaba empleando el sistema para aturdir el cerebro a la gente. Siempre lo había intuido, pero no había sido hasta hace unas semanas cuando se había dado cuenta de dónde provenían: de los molinos eólicos.
¿Qué había crecido proporcionalmente a la presencia de tan enigmáticas estelas? La única explicación razonable que encajaba era el número creciente de molinos eólicos que se habían instalado, una estratagema del sistema para camuflar sus verdaderos intereses, controlar y manejar a la gente. ¿Y cómo lo hacían? Estaba claro, los molinos debían estar emitiendo los gases por algún orificio de la cabina que tenían en la cabecera, y después, aprovechando el impulso de las hélices, los propagaban por las alturas.
Pero eso se iba a acabar. Él se iba a encargar personalmente de desfacer ese miserable entuerto que tenía embobada a la población. Así que con la seguridad que solo tiene quien posee la verdad, el Capitán España se subió en su bicicleta y pedaleó sin descanso hasta la tienda donde trabajaba su hermano Sancho. Si le devolvía el dinero que le había prestado, tendría lo suficiente para comprar el soplete en una tienda de segunda mano, y entonces sacaría a la luz la verdad.
-¿Te has vuelto loco? – le dijo su hermano una vez le contó el plan.
-¿Loco? Perdona Sancho, pero no sabes lo que dices. Tú devuélveme el dinero y ya me verás en las noticias.
-Toma – dijo entregándole un par de billetes de veinte euros – Tú sabrás lo que haces, pero que sepas que donde te voy a ver es en la trena. Aparte de que es una locura, eso que pretendes hacer está prohibido. Si te pilla la poli te va a caer una buena.
Comprado el soplete y trazado el plan, solo le quedaba esperar a que oscureciera para acometerlo, así que mientras tanto se retiró a casa a meditar. Siempre seguía la misma rutina, se tumbaba con un libro en el sofá y ponía la televisión de fondo. Luego llegaba la calma y se sumía en una gran siesta. Pero aquel día fue distinto, por algún motivo le costaba leer y se concentró más en la televisión. Nunca había visto aquel programa. De repente, sin esperarlo, una flecha digital atravesó la pantalla de plasma a gran velocidad e impactó directamente en el centro de su corazón.
Una imagen fugaz, rápida, de una belleza deslumbrante, fue sustituida por un primer plano de la presentadora del programa. Estaba anunciando algo a viva voz…
-(…) y hoy presentamos a Dulce, la nueva tronista de Mujeres, Hombres y Viceversa. ¿Muy guapa, verdad? Chicos, si la estáis viendo desde casa y os gusta, podéis llamar al número que aparece en pantalla para acudir a pretenderla…

Era la señal definitiva. Su musa, su heroína, la que daba sentido a toda su existencia. Sin dudarlo, el Capitán América llamó por teléfono y se apuntó al casting de pretendientes. Luego, en cuanto colgó, cogió el soplete y salió decidido hacia el parque eólico. Estaba convencido de que si era capaz de tirar abajo esa misma tarde un molino, la gente le reconocería su labor, se haría famoso y, Dulce, su amada Dulce, caería rendida a sus pies.

viernes, 15 de abril de 2016

Ampliamos la bibliografía

Nos complace comunicar que después de una larga espera por fin tenemos en nuestras manos el libro "Retazos de Terror", una colección de microrrelatos seleccionados en el concurso Hipujo de Relatos de Terror, entre los que destacamos interesadamente el relato titulado "Mr. Watson": la historia de un hombre ciego que recibe la visita de un extraño individuo y... hasta ahí puedo leer, que diría aquél.
Enhorabuena a la editorial Hipujo Libros por los textos seleccionados. Ha sido una grata sorpresa abrir las páginas y ver que había muy buenos relatos en el interior. 
Si a alguien le apetece pasar un poco de miedo a pequeñas dosis, este libro es una buena opción.


miércoles, 9 de marzo de 2016

Una fiesta universal

El presente microrrelato lo presenté a la edición del año 2015 del concurso de microrrelatos sanfermineros de www.blogsanfermin.com
A pesar de que no resultó seleccionado, pues la temática (o el jurado) se decantó más por el lado romántico y sensiblero de la fiesta, a mi me pareció divertido, así que lo comparto para que quien quiera le eche un vistazo. Este año probaré con otro totalmente distinto, nuevamente - tal y como dicta el sacro reglamento - de menos de 204 palabras, pero que tampoco será pastelero. A ver si hay suerte...

Una fiesta universal

Cuando en la central de la NASA se enteraron de que el primer contacto con un extraterreste se iba a producir en Pamplona, nadie se lo podía creer, y menos que la razón fuese que venía expresamente a participar en los encierros de San Fermín.
-¿Pero los encierros se retransmiten al universo? – preguntó admirado el responsable del SETI.
-Hacemos lo que podemos – le contestó el alcalde de Pamplona.
Y así fue como Riau, en cuyo planeta había una gran afición por los encierros, si no con toros, si con otra serie de extraños animales de largas y temibles cornamentas, corrió varios días tanto en el tramo de Santo Domingo, en la curva de Mercaderes, como en el final de la Estafeta. Y no solo eso, como era de esperar por parte del protocolo municipal ante tan ilustre visita, Riau fue paseado por el apartado, invitado a los actos solemnes y agasajado con ajoarrieros, chilindrones y vinos de la tierra varios. Se integró tan bien, que incluso anduvo perdido durante dos días por las calles de la ciudad.
-Ese es el origen de que hoy debatamos la conveniencia de que las jovenzuelas del planeta Gora se tiren de la fuente de Navarrería – concluyó el concejal.

miércoles, 3 de febrero de 2016

¿Cuántas páginas llevo?

Me imagino que habrá gente que al igual que me pasaba a mi, no sepa a que número de páginas de libro impreso corresponde todo lo que lleva escrito en tamaño A4. Bien, pues hay una manera de calcularlo de manera bastante aproximada:
Sin tener en cuenta la maquetación de la versión final de la editorial, es decir, sin contabilizar el número de hojas finales resultantes de incluir todo tipo de separatas de capítulos, introducción, índices y otro tipo de hojas, digamos de relleno... y considerando un tipo de letra más o menos estándar, es decir ni infantil ni para leer con lupa, el número de hojas de la edición impresa equivaldrá aproximadamente a multiplicar el número de palabras escritas por la cifra 0,004.

En resumen:

Número de hojas impresas (aprox) = Nº de palabras escritas X 0,004


Espero que os sirva.

Jon Ander Crespo Ferrer
@wor_jon

viernes, 29 de enero de 2016

Ventas de libros en España por CC.AA

A veces donde más libros se venden no es donde más libros se compran por habitante. ¿O sí? Aquí os dejo las estadísticas de ventas de libros en España por CC.AA (2014) provenientes del informe de la Federación de Gremios de Editores y contrastadas con los datos de población del INE (Enero 2015).


Madrid mantiene el liderazgo tanto en la venta total de libros como en la venta por habitante, mientras que en otras comunidades como Andalucía este último ratio se desploma hasta el penúltimo lugar. Algo similar ocurre en la Comunidad Valenciana, donde el porcentaje de compra es muy inferior al que debiera corresponderle por población. Además de Madrid, aquellas comunidades cuyos habitantes compran libros por encima de la media son el País Vasco, La Rioja, Cataluña, Galicia y Navarra.


             
  C. Autónoma % vent.libros   C. Autónoma Ratio compra  
  Madrid 22,3%   Madrid 1,62  
  Cataluña 20,7%   Pais vasco 1,43  
  Andalucía 11,3%   Rioja, La 1,33  
  C.Valenciana 8,2%   Cataluña 1,30  
  Galicia 6,7%   Galicia 1,13  
  Pais vasco 6,7%   Navarra 1,09  
  Castilla y León 3,5%   Asturias 0,93  
  Castilla la Mancha 3,4%   Aragón 0,91  
  Canarias 3,1%   Baleares 0,91  
  Aragón 2,6%   Cantabria 0,87  
  Murcia 2,3%   C.Valenciana 0,77  
  Baleares 2,2%   Castilla la Mancha 0,76  
  Asturias 2,1%   Murcia 0,73  
  Navarra 1,5%   Canarias 0,67  
  Extremadura 1,4%   Castilla y León 0,65  
  Cantabria 1,1%   Andalucía 0,62  
  Rioja, La 0,9%   Extremadura 0,59